domingo, 7 de junio de 2015


LITURGIA EUCARÍSTICA.
Nos sentamos
 
Sacerdote: Orad, hermanas y hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
 
Oración sobre las ofrendas.
Sacerdote:
Te presentamos, Señor, nuestro sacrificio para celebrar la gloriosa ascensión de tu Hijo; que la participación en este misterio eleve nuestro espíritu a los bienes del cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Todos: Amen.
 
PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA NIÑOS II
 
Sacerdote:  El Señor esté con vosotros.
Todos:  Y con tu espíritu.
 
Sacerdote:  Levantemos el corazón.
Todos:  Lo tenemos levantado hacia el Señor.
 
Sacerdote:  Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Todos: Es justo y necesario.
 
Sacerdote:
En verdad, Padre bueno, hoy estamos de fiesta:
Nuestro corazón está lleno de agradecimiento
y con Jesús te cantamos nuestra alegría:
 
Niños:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
 
Sacerdote:
Tú nos amas tanto,
que has hecho para nosotros
este mundo inmenso y maravilloso.
Por eso te aclamamos:
 
Niños:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
 
Sacerdote:
Tú nos amas tanto,
que nos das a tu Hijo, Jesús,
para que él nos acompañe hasta ti.
Por eso te aclamamos:
 
Niños:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
 
Sacerdote:
Tú nos amas tanto,
que nos reúnes con Jesús
como a los hijos de una misma familia.
Por eso te aclamamos:
 
Niños:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
 
Sacerdote:
Por ese amor tan grande
queremos darte gracias y cantarte
con los ángeles y los santos
que te adoran en el cielo:
 
 
 
 
Edgar y niños
Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo.
Llenos están el cielo y tierra de tu amor  
Hosanna , hosanna, hosanna,
Hosanna en el cielo,  
bendito el que viene
en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo,
 
Sacerdote:
Bendito sea Jesús, tu enviado, el amigo de los niños y de los pobres.
Él vino para enseñarnos cómo debemos amarte a ti y amarnos los unos a los otros.
Él vino para arrancar de nuestros corazones el mal que nos impide ser amigos y el odio que no nos deja ser felices.
Él ha prometido que su Espíritu Santo estará siempre con nosotros para que vivamos como verdaderos hijos tuyos.
 
CONSAGRACIÓN.
Sacerdote:
A ti, Dios y Padrenuestro, te pedimos
que nos envíes tu Espíritu,
para que este pan y este vino
sean el Cuerpo X y la Sangre de Jesús, nuestro Señor.
El mismo Jesús, poco antes de morir,
nos dio la prueba de tu amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos,
tomo el pan,
dijo una oración para bendecirte y darte gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
 
 
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Niños:
Señor Jesús, Tú te entregaste por nosotros.
 
Después, tomó el cáliz, lleno de vino
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
 
 
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
 
 
Niños:
Señor Jesús, Tú te entregaste por nosotros.
 
Y les dijo también:
Haced esto en conmemoración mía.
 
Por eso, Padre bueno, recordamos ahora
la muerte y resurrección de Jesús, el Salvador del mundo.
Él se ha puesto en nuestras manos para que te lo ofrezcamos como
sacrificio nuestro y junto con él te ofrezcamos a ti.
 
Escúchanos, Señor Dios nuestro;
danos tu Espíritu de amor
a los que participamos en esta comida,
para que vivamos cada día más unidos en la Iglesia,
con el santo Padre, el Papa Francisco, el Papa Emérito Benedicto,
con nuestro obispo Carlos, 
los demás obispos, y todos los que trabajan por tu pueblo.
 
No te olvides de las personas que amamos ni de aquellas a las que debiéramos querer más.
 
Acuérdate de nuestros amigos Ángela, Meritxell, Marcel, Junior, María, Edgar, Isabel, África, Ainhoa y Vero  que hoy invitas a participar del pan de vida y del cáliz de salvación, en la mesa de tu familia. Concédeles crecer siempre en tu amistad.  
 
Acuérdate también de los que ya murieron y recíbelos con amor en tu casa.
Y un día, reúnenos cerca de ti con María, Madre de Dios y Madre de los niños, su esposo San José y los santos, para celebrar en tu reino la gran fiesta del cielo. Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor podremos cantarte sin fin.
 
 
Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre Omnipotente, todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario